Desde Bolivia: levantamiento en Potosí
Aislamiento nacional e internacional por cortes de ruta, paro general, piquetes con cientos de huelguistas y movilizaciones diarias: este es el panorama de Potosí, que lleva 17 días de levantamiento contra el gobierno de Evo Morales.
Reclaman al Gobierno la intervención en un conflicto de límites entre las comunidades de Quillacas (Oruro) y Coroma (Potosí), pues en esa región se descubrieron yacimientos de piedra caliza para una eventual fábrica de cemento durante 40 años. En sus otros cinco puntos demandan la puesta en marcha de diversos proyectos de desarrollo, entre los cuales está la preservación del Cerro Rico de Potosí, que aún es explotado con el riesgo de derrumbe.
De nada sirvieron las súplicas del Gobierno en la víspera de las fiestas patrias del 6 de agosto: la movilización continuó. Recientemente, comunarios han tomado la minera San Cristóbal (los yacimientos más grandes de plomo y zinc del mundo, subsidiaria de la japonesa Sumitomo), que dice estar perdiendo 12 millones de dólares por día.
No se trata de una movilización de la derecha golpista, que en su momento intentó desestabilizar el gobierno de Morales. Esta vez son las masas campesinas y urbanas de Potosí, que a la cabeza del Comcipo (Comité Cívico Potosinista) denuncian el saqueo transnacional en perjuicio de las regiones más pobres
Pobreza en la abundancia
Potosí, región minera desde la colonia, es el departamento más pobre de Bolivia. Siglos atrás era la ciudad más importante de América. Pero hace años que se hunde en la miseria y el abandono. Sin embargo, de las entrañas de sus cerros se siguen extrayendo minerales. Primero fue la plata, luego el estaño, ahora el plomo, el zinc, el oro. Además, hoy Potosí tiene las mayores reservas de litio ("el mineral del futuro") en el mundo, el 50 por ciento del total mundial. Todos los buitres multinacionales ponen sus ojos en este recurso. Lo más probable es que la historia vuelva a repetirse: se llevarán todo el litio y los potosinos emigraran en masa a pedir limosnas por las calles de las ciudades más importantes de Bolivia, como ya ocurre hoy en día. El litio se llevará consigo otra oportunidad de los potosinos y los bolivianos para tener una vida "digna", tan mencionada en los discursos gubernamentales.
El saqueo ya sucede con la mina San Cristóbal, un megaproyecto en manos de la transnacional japonesa Sumitomo, que cada día se lleva del país alrededor de 1.600 toneladas de mineral a través de Chile. Y no sólo eso, además está acabando con las reservas de aguas fósiles de la región sudoeste de Potosí, por las cuales no paga un solo centavo.
El gobierno de Morales se ha dado la tarea de desprestigiar la protesta, tal como lo hiciera con las anteriores movilizaciones. Así fue en el caso del paro de fabriles y maestros, también con la última movilización de los pueblos indígenas de las tierras bajas.
"Es una acción política...una conspiración contra este proceso", afirmó el presidente. Para Morales, todo aquel que le haga un reclamo tiene un fin desestabilizador a su gobierno "socialista".
Sin embargo, ya no se puede ocultar lo evidente: "Ustedes, ministros son de derecha, díganme un solo acto verdaderamente socialista que haya hecho este gobierno", increpó Celestino Condori, presidente del Comcipo, a Oscar Coca, Carlos Romero y José Pimentel, quienes el 12 de agosto estuvieron en Sucre para intentar comenzar un diálogo.
El Gobierno se ha dado a la tarea de sumar apoyo de algunos ayllus del Norte y Sud de Potosí, junto a otras organizaciones fieles a Morales, como la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa. Pero el descontento hacia la gestión de Morales crece. La Federación de Campesinos de La Paz pidió la solución del conflicto y la renuncia de cinco ministros. Dio plazo hasta el 19 de agosto, de lo contrario aseguran que aislarán a la ciudad de La Paz con un bloqueo de caminos.
Otro que se desmarca de los lineamientos del Gobierno es Félix Gonzáles, gobernador de Potosí, un cuadro político del Movimiento Al Socialismo. "La política es sucia, asquerosa. No voy a volver nunca más, voy a poner mi cargo a disposición", dijo al momento de sumarse a la huelga de hambre de los potosinos.
El fracaso del nacionalismo indigenista
Al iniciar su segundo mandato, con una mayoría aplastante y el control absoluto del Poder Legislativo, Evo Morales manifestaba que había muerto el Estado colonial y que surgía un nuevo Estado: el del "socialismo comunitario".
La "modernidad económica", tan propugnada por García Linera y su capitalismo andino-amazónico, ligado a los mercados globales y en sociedad con los pulpos transnacionales, mantiene los modelos productivos precapitalistas al interior del país.
El conflicto de Potosí pone de manifiesto el fracaso de los planteamientos del nacionalismo indigenista del MAS. Bolivia, en su tremendo atraso, no puede erigir un Estado (burgués) fuerte porque sigue ligado a los intereses del gran capital.
Las autonomías, como "nueva forma" de administración, no pueden otorgar la unidad y cohesión de un Estado boliviano que ha surgido de la opresión de distintas nacionalidades. Más bien, acentúa los conflictos surgidos entre regiones que se disputan las miserias que obtendrán por regalías (sean petroleras o mineras). La ausencia (debilidad) del Estado -sin planes de desarrollo, empleo o industrialización- remarca las tendencias al desmembramiento del país (algunos huleguistas llegan a exigir la federalización de Potosí).
Las masas bolivianas tenderán a rebelarse incesantemente contra el impotente Estado burgués y sus administradores, sean estos indígenas o no.
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