Ante el liquidacionismo de la vieja dirección
Casi 1.600 compañeros de todo el país integran la Lista 3, encabezada por Néstor Correa de la Mesa Ejecutiva de Conadu Histórica; Carlos Blanco, secretario general del Hospital Baigorria de ATE Rosario, y Patricia Jure, dirigente de Tribuna Docente de Neuquén y referente de la oposición de Aten Capital. La lista se presenta en 13 provincias, en 12 comisiones ejecutivas provinciales, 13 listas de congresales nacionales, 35 listas de congresales provinciales y cerca de 40 juntas ejecutivas locales o regionales, lo que junto a las provinciales totalizan casi 50 listas a ejecutivas en todo el país. Están fuertemente representados todos los grandes distritos: provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Neuquén, con listas seccionales que los respaldan.
Las listas del Frente de Unidad Clasista están pobladas de dirigentes de sindicatos y delegados de Ctera, Conadu Histórica, ATE, Cicop, UTPBA (periodistas), judiciales y trabajadores de empresas recuperadas por la lucha piquetera, como en Santa Cruz. La componen también obreros del Astillero Río Santiago y de la mina de Río Turbio. En esta provincia, se sumaron más de cien compañeros a la Lista 3, representativos de diez de las 14 localidades de la provincia. Fueron muy importantes también las representaciones alcanzadas en Neuquén (90 compañeros), Jujuy (con representaciones de San Salvador, La Quiaca y Palpalá), en Mendoza, en Río Negro (con compañeros de Cipolletti, Regina, Bariloche, Jacobacci), Salta o Tucumán en sus dos grandes seccionales, sólo para mencionar algunos ejemplos.
En el caso de la provincia de Buenos Aires, además de 19 ejecutivas locales, se han presentado candidatos a congresales en 31 distritos de la CTA, que involucran a por lo menos 40 municipios bonaerenses. Una parte sustancial de los compañeros y compañeras que integran la Lista 3 en la provincia de Buenos Aires provienen de los combativos trabajadores de ATE con fuerte presencia en la capital platense y, especialmente, del sector de los auxiliares de educación, protagonistas de las principales luchas por el salario en el último período. Es por esta razón que en varios distritos bonaerenses las burocracias de ATE y de Suteba han salido a apretar a los candidatos que las conforman (Vicente López), con el objetivo de hacer caer la única alternativa real a ambas variantes burocráticas que se presenta en esta elección. La preocupación de los burócratas de ambos bandos reside en que ven (y con razón) en las listas presentadas por la Lista 3 Frente de Unidad Clasista a un reagrupamiento consciente del activismo, que toma en sus manos las luchas y constituye una alternativa al servicio de los reclamos obreros. En el caso de la provincia de Buenos Aires, se destaca la confluencia con una amplia franja de compañeros provenientes de una experiencia con el degennarismo y un frente clasista con la agrupación Víctor Choque, de ATE.
En Capital, más de 200 compañeros dieron cuerpo a la Lista 3, destacándose trabajadores del Colón, de Ademys, una masiva delegación de UTE, periodistas, AGD-UBA y estatales.
De una punta a la otra del país, la Lista 3 plantea la intervención real en más de cien centros neurálgicos del movimiento obrero de la CTA en todo el país. Para defender esta perspectiva, se empeñará en la conquista de 3.000 fiscales, mil de ellos en la provincia de Buenos Aires, para defender el voto de miles de compañeros detrás de una perspectiva clasista a la descomposición de la CTA.
Su alcance político
El punto de partida de la Lista 3 han sido las agrupaciones clasistas como Tribuna Docente, la Naranja de prensa y la de docentes universitarios, o las agrupaciones de ATE, por mencionar las más desarrolladas, pero el reagrupamiento logrado excede sus fronteras y en casos como San Martín y Vicente López, en la provincia de Buenos Aires, o el Teatro Colón, en la Capital, forman parte de las listas seccionales dirigentes de larga trayectoria que han roto con la vieja burocracia degennarista.
Luego de la presentación y oficialización, se produjeron apoyos como el de Aten Centenario a la Lista Rosa-Gris-Verde de Ctera y se perfilan otros en diversos sindicatos, que marcan mayores perspectivas futuras para la Lista 3 como un canal para un activismo que, ante la fractura de la conducción de Yasky-De Gennaro, toma la ruta de un reagrupamiento independiente a partir de la caracterización que la Lista 3 hace de la ruptura como resultado de dos décadas de integración al Estado, que derivaron en la cooptación por parte del gobierno kirchnerista, en el pacto Moyano-Yasky y en la lucha de aparatos planteada, donde la oposición degennarista carece de toda iniciativa movilizadora frente al debate del 82%, al tema de la reapertura de las paritarias, a la miseria del salario mínimo y a los topes salariales oficiales e incluso al más sensible de todos los temas para la CTA: la lucha por la personería de la central.
El valor de esta Lista 3 tiene que ser considerado en varios sentidos. Su punto de partida es políticamente más alto que el del año 2006, cuando el degennarismo iba unido a Yasky y a todo el compromiso con los transversales de Kirchner, los De Petris y compañía. Hoy, en la lista degennarista se anotó la izquierda sojera, PCR y MST, así como también disidentes del PC de Ademys y otros gremios, con la excusa de enfrentar al kirchnerismo y como manifestación, en realidad, de su completa integración a la centroizquierda de Pino Solanas, que pugna por una nueva Alianza devaluada con Juez y con Binner. La Lista Lila en Ctera es apenas una herramienta sustituta de la burocracia de la CTA, donde el degennarismo no construyó nada precisamente por la política de división de territorios con la burocracia de Yasky y compañía. El reagrupamiento de la Lista 3 está siendo considerado por franjas de compañeros como superación no sólo de la burocracia, sino también de esta izquierda que se le asimila.
La Lista 3 es una lista nacional, defiende una perspectiva de independencia de clase y es un reagrupamiento que excede lo sindical y, en buena medida, adelanta los reagrupamientos políticos de cara al 2011 y es parte de la batalla por la construcción de una alternativa política de los trabajadores en todo el país. Por eso sus listas van pegadas y batallaremos por ello en la junta electoral y ante el Estado, porque desde el candidato a secretario general de la Central hasta la más modesta seccional y sus congresales, se defiende una estrategia para el movimiento obrero. Con una sola excepción que confirma la regla: en las seccionales de Lomas y Almirante Brown, la Lista 3 va aliada localmente al sector combativo de ATE Sur. Se trata de la defensa de una posición conquistada, la minoría obtenida en la elección pasada. Pero es mucho más que eso, porque la alianza local enfrenta a los dos polos de la burocracia en las localidades, el de Yasky-Baradel y el de Micheli-Cachorro Godoy. ATE Sur no define voto nacional, pero enfrenta a las dos variantes; aliado a la Lista 3, llamará abiertamente a que se la vote a nivel nacional. Esto los diferencia de otros sindicatos o sectores del grupo "Rompiendo Cadenas", que integran los dirigentes de ATE Sur, quienes van en listas locales y en distintos casos, como Rosario o Bahía Blanca, aliados a degennaristas que decididamente hacen campaña por la lista de Micheli.
En otro plano, el salto político y numérico de la Lista 3 está expresando una maduración de todo un activo protagonista de las grandes huelgas docentes en todo el país, de las revueltas contra el ajuste de los salarios estatales, de la radicalización en el seno de la docencia universitaria que hoy pugna por la reapertura de las paritarias con nuevos paros, del proceso de masas de los cuerpos de delegados de la UTPBA contra la vieja conducción. Incluso esta Lista 3 ha tenido que superar el escollo de las hoy listas 4 y 5 del PTS y MAS, respectivamente, que priorizaron maniobras faccionales a la constitución de un canal político nacional para rescatar a la CTA del derrumbe al que la llevó la integración al gobierno, a la oposición sojera y aun a la vieja burocracia peronista. La Lista 3 muestra las posibilidades que presenta, a condición de una lucha política, la etapa de descomposición de la burocracia sindical en la Argentina. La ya vieja burocracia de la CTA ha reproducido las fracturas como espejo de las disputas de otras tantas fracciones de la burguesía y sus partidos, que pueblan la historia sindical desde hace décadas. Toda una fracción del activismo apunta a sacar estas conclusiones. Demos paso a una gran campaña electoral que siga desenvolviendo este fenómeno mediante pronunciamientos, plenarios, asambleas en los lugares de trabajo y un gran número de fiscales que garanticen que, el 23 de septiembre, la votación tenga el correspondiente registro del voto a la Lista 3 y sirva de base a futuras conquistas sindicales clasistas y al desarrollo político de una vanguardia obrera frente a la crisis capitalista.
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