Leon Trotsky

"Sin una organización dirigente la energía de las masas se disiparía, como se disipa el vapor no contenido en una caldera. Pero sea como fuere, lo que impulsa el movimiento no es la caldera ni el pistón, sino el vapor."




11/9/10

VAMOS CON TODO

Marcha nacional el 16 de septiembre

Al cierre de esta edición de Prensa Obrera, el “estudiantazo” es una realidad en ascenso. Día tras día, nuevas escuelas secundarias se suman a la lucha. La política de Macri, que pretendió dividir al movimiento otorgando obras sólo para algunos colegios para “mandar a la casa” a los chicos, fracasó por completo. La rebelión educativa crece y no son únicamente los secundarios.

Es que la UBA, cuyo presupuesto no depende de Macri sino de Kirchner, también sufre problemas edilicios de gravedad. Con el estudiantazo de los “secus” en curso, sólo hacía falta una chispa que encendiera un bosque plagado de reivindicaciones. Así, la Facultad de Ciencias Sociales inició una ocupación de las tres sedes que al día de hoy lleva una semana (ver nota).

El martes se han sumado a las tomas tres facultades, cada una con sus reclamos: Filosofía y Letras, Arquitectura e Ingeniería. El Iuna también está luchando con ocupaciones y movilizaciones.

La marcha calza justo: convulsión educativa

En este cuadro se dará la marcha nacional educativa que convocan la Conadu Histórica y la Fuba. Esta movilización, que irá desde Congreso hacia Plaza de Mayo, tendrá lugar en el momento justo, pues la lucha de los secundarios ha puesto de manifiesto una crisis estructural de la educación pública como consecuencia directa de la política de los gobiernos capitalistas. Es el régimen de los Kirchner y los Macri: desmantelaron la educación estatal en beneficio de la privada, a través de la descentralización y la asfixia presupuestaria. Hoy, el movimiento de lucha en defensa de la educación se levanta para enfrentar esta crisis. La marcha nacional, por lo tanto, es un punto indiscutible de reagrupamiento. El próximo 16 debemos confluir todos los que venimos luchando; la crisis educativa está en el centro de la escena, y el movimiento crece día tras día en extensión e influencia. A 34 años de “La noche de los lápices”, los secundarios participarán con una gran columna. Lo mismo vale para los docentes universitarios, que van a un paro de 48 horas por la reapertura de las paritarias. Los terciarios, por su parte, enfrentan un derrumbe igual o peor que los “secus”. La UBA ya tiene cuatro facultades ocupadas. Vamos por una gran jornada de lucha en todo el país, con una marcha que será de miles en la Plaza de Mayo para plantarse frente al gobierno que paga la deuda y desfinancia la educación.

Alejandro Lipcovich

Prensa Obrera 1145


Pasadas ya tres semanas, la rebelión de los secundarios de la Capital sigue cuesta arriba y ganando nuevos aliados. La movilización del viernes fue imponente. Millares de jóvenes, 4 mil según los medios de comunicación. A los secundarios, que concurrieron en varios casos acompañados por sus padres y docentes, se sumaron los universitarios de la Facultad de Sociales y del Iuna.

En colegios como el Acosta o el Normal 10, los estudiantes terciarios se han sumado decididamente a la lucha. Escuelas que no tenían centro de estudiantes, como el Comercial 8 o el Normal 11, se están organizando al ritmo febril del estudiantazo. Pero hay un dato que marca la escalada: a la primera reunión con Bullrich concurrieron 20 colegios; a la segunda 33 y a la del viernes pasado ¡54!

“Todos o ninguno”

Durante la reunión, Bullrich presentó planes de obra para cada uno de los colegios que habían participado de la reunión anterior. No había respuestas para la veintena de nuevas escuelas que se habían sumado. Pero ese no fue el único problema. La mayoría de los planes estaban incompletos y no contemplaban la totalidad de los reclamos. Muchas veces las obras no tenían fecha de iniciación ni estaban licitadas. Los pibes, sabios, exigieron que todas comenzaran antes del receso escolar. Enfrentando a los secundarios, Macri no consiguió otra cosa que masificar la lucha estudiantil. Por eso ahora Bullrich echa lastre, dando concesiones a los colegios más combativos y organizados, para sacarlos de la lucha.

Sudestada (Libres del Sur), la pata estudiantil de Pino Solanas, propuso que se levantaran las ocupaciones de los colegios a los que se había otorgado las obras reclamadas. Actúan en la onda del ministro de educación K, Sileoni, que llamó a los secundarios a “volver a clases”, a pesar de que todavía no se consiguió el conjunto de las demandas.Esta posición fue rechazada por la Cues, que llamó a defender la unidad de los secundarios en lucha bajo la consigna “todos o ninguno”. De esta manera, lo conquistado servirá para seguir alimentando el movimiento.

Nacionalizar el estudiantazo

El crecimiento objetivo del movimiento y las obras conseguidas sirvieron para saldar el debate que se había producido al interior de la Cues, cuando el bloque encabezado por la UES (K), Lobo Suelto (La Mella) y Sudestada propuso una semana de tregua, levantado las tomas. La conveniencia de haber apostado a la continuidad de las tomas está a la vista. Sileoni pide “terminar el año en paz” porque tiene terror a que se contagie el estudiantazo al resto del país, poniendo en cuestión el conjunto del régimen anti-educativo, heredado de la dictadura y el menemismo y perpetuado por las leyes K.

El próximo 16 de septiembre, aniversario de la Noche de los Lápices, será la oportunidad para unificar en la calle un movimiento educativo de carácter nacional. Nacionalicemos el estudiantazo contra todos los gobiernos que destruyen la educación.


Fuera Macri. Kirchner es complice

Mucho más que un estudiantazo

Con la toma sucesiva de facultades y colegios de la UBA, ha quedado demostrado que la rebelión de los secundarios distaba mucho de ser un conflicto local. En la próxima semana, y para ratificarlo, pararán los docentes porteños y los profesores universitarios de todo el país.

El movimiento estudiantil ha sacado a luz el estado de derrumbe de la educación pública, desde los salarios o becas hasta la infraestructura edilicia. Las tomas de facultades repudian también los mecanismos de privatización de la universidad, que emergen a partir de la asfixia presupuestaria. Entre ellos, los convenios o pasantías fundados en el trabajo precario de los estudiantes, que operan como subsidios al capital privado que los emplea. Las leyes educativas menemistas, que sancionaron esta demolición educativa, fueron dejadas en pie por sus sucesores aliancistas y por el kirchnerismo.

El gobierno kirchnerista –pero también Macri en la Ciudad- han previsto un presupuesto social que sólo se incrementó en la mitad de la inflación prevista para el 2010. Pero por los mismos motivos, también los ingresos del estado crecieron el doble de lo presupuestado. Los Kirchner manejan, gracias a ello, un “presupuesto extra” cercano a los 50,000 millones de pesos. Los quieren usar como garantía para los especuladores de la deuda pública, o para seguir subsidiando al gran capital. También en la Ciudad, Macri ha juntado plata “extra” gracias a la inflación.

La salida al conflicto educativo, por lo tanto, está a la vista: que se destinen esos recursos para aumentar los salarios de los docentes de todos los niveles; que se inicien en este año las refacciones reclamadas en todos los colegios; que se termine con la universidad con edificios prestados; que las becas y las viandas –y no el trabajo “basura”- aseguren la permanencia de los alumnos en el sistema educativo.

Como se actuaría contra cualquier arrebatador, los estudiantes han resuelto tomar lo que les pertenece. A ellos, a los trabajadores de la educación y a todo el pueblo que vive de su trabajo. Apoyamos incondicionalmente este gran “estudiantazo”, en defensa de la educación pública.

El Partido Obrero frente a la crisis política y el paro rural

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