Al borde de la huelga general
Por el nuevo sindicato
El Cuerpo de Delgados, reunido el lunes 2, resolvió profundizar las medidas de lucha por el reconocimiento del nuevo sindicato. El descuento compulsivo para la UTA, en los próximos recibos de sueldo, va a obrar como un detonante. Se informa la realización de un paro este jueves 4 entre las 11 y las 17 horas.
La nueva medida viene precedida por una serie de paros parciales de tres o cuatro horas cada uno, resueltos en las asambleas de líneas y en los plenarios de delegados, y también por varios paros directos de las líneas B, H, E, estaciones de la A y talleres, como respuesta a las provocaciones sistemáticas de la patronal y la burocracia de la UTA.
Este nuevo paro más prolongado es una señal hacia la huelga general. Hubo prácticamente acuerdo con que el plan de lucha que será levantado hasta el reconocimiento de la naciente organización gremial; hace más de un año que fue hecho el reclamo, votado abrumadoramente por el conjunto de los trabajadores.
La política del gobierno kirchnerista es la de la patronal privatizada de Benito Roggio, y cuenta con el furibundo apoyo de Moyano y de Fernández, de UTA. La organización obrera clasista arrancó hace casi 15 años y tiene entre sus conquistas la rebaja de la jornada laboral a 6 horas, el fin de los despidos arbitrarios, la integración de las empresas tercerizadas a Metrovías y aumentos salariales cercanos a la canasta familiar.
Hay una disputa política que tiene valor para el conjunto de los trabajadores, porque el subte es una experiencia decana de la expulsión de la burocracia sindical. La patronal financia a la patota de la UTA y le concede “zonas liberadas” para todo tipo de tropelías: quema de vagones en la D, daños a los trenes los días de paro, golpizas como la propinada a un delegado de la Línea E, que originó el paro total de esa línea y el Premetro, hace pocos días. Los trabajadores consideran agotados los paros parciales; la base reclama la profundización de la lucha bajo la presión del clima asfixiante de acoso de la patronal y la patota. No es menor la campaña de los medios contra la organización obrera, que impulsa una permanente guerra de propaganda para desgastar al sindicato independiente. No está en discusión aquí formar “sindicato paralelo” que disputaría a otro (de la burocracia) la misma representación gremial, sino el reconocimiento del único sindicato real, legítimo y actuante en el Subte, de hecho y de derecho.
No se puede ignorar el papel catalizador que ha tenido la huelga de Kraft, para la burocracia y para los trabajadores. La simpatía por Kraft en la masa del subte fue total.
Las declaraciones de Tomada contra el otorgamiento de la personería de la CTA terminaron de clarificar que tampoco lo habrá para el Subte.
El Partido Obrero es parte incondicional de esta epopeya de los trabajadores del Subte y se moviliza en todo el país en su apoyo.
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