a 90 años.
“Los candidatos están dispuestos al debate”, rezaba uno de los títulos de El Atlántico (16/4) luego de una de las asambleas que nuevamente pretendía imponer un rector a espaldas del movimiento estudiantil y los trabajadores. Bastaron semanas para comprobar la falta de voluntad política de “los candidatos”, a la hora de dar una respuesta satisfactoria a las demandas estudiantiles, y de los trabajadores. Una muestra elocuente fueron las declaraciones de Morea a La Capital (22/5): en momentos en que nuestra universidad se cae a pedazos, con índices masivos de deserción, con el conflicto no-docente que continúa sin resolución, con la carrera de Sociología sin haber empezado las clases, en un edificio en pésimo estado, etc; manifiesta que el empantanamiento que caracteriza a la elección de rector “no expresa un grado de conflictividad generalizada”.
Los dos sectores que se disputan la sucesión de Medina, de la mano de la Franja Morada, Cauces y el Movimiento Sur (kirchneristas), reivindican la Reforma Universitaria. Un acontecimiento histórico, al cual se le rinde pleitesía cada 15 de junio. Ese día de 1918 estaba convocada también una Asamblea Universitaria, la de la Universidad de Córdoba, para elegir a su rector. Había sido llamada por un interventor del gobierno de Irigoyen para “normalizar” la casa de estudios. Los estudiantes de la FUC habían sido persuadidos de que en la elección “institucional” sería designado un profesor accesible a sus reclamos. Pero la asamblea, sin embargo, votó a un candidato enemigo de los estudiantes, amigo del clero reaccionario y las camarillas profesorales de la época. Fue el detonante de una explosión: la sala de sesiones fue copada por los estudiantes y se intimó a todo el mundo, incluida la policía, a desalojar el recinto. “La multitud arrolló a los gendarmes, arrastrándolos hasta la puerta de calle”, informa La Prensa del 16 de junio de 1918. Un dirigente estudiantil de la FUC proclamó la toma del edificio y la asamblea de todos los estudiantes lanzó la huelga general. El protagonismo estudiantil ocupó el centro del escenario y se transformó en un movimiento nacional, hizo de la calle su territorio de lucha. Y transformaron su movimiento en programa: “Córdoba reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio, radica principalmente en los estudiantes” (“Manifiesto Liminar” de la FUC).
Si no fuera por esta virulenta y decidida decisión no hablaríamos hoy de la Reforma ni sería un acontecimiento histórico. Una historia que no pocos pretenden ocultar como basura debajo de la alfombra. La democracia precisa de actos enérgicos para imponerla o impedir que sea precisamente basureada. Ni qué hablar cuando se trata de una asamblea universitaria amañada para impedir la expresión del “demos universitario”.
Reivindicar la Reforma Universitaria y la democracia en los claustros, y repudiar la acción directa democratizadora de los estudiantes es un contrasentido. Y una hipocresía cuando se los tacha de “grupúsculos”, en defensa de cargos, camarillas y personas asociados con la destrucción de la UNMdP, con negocios privados y con un pasado oprobioso.
La presente situación no está determinada por un Estado que quiere privatizar la Universidad, ni por las camarillas reaccionarias que llevan a cabo el trabajo sucio; sino por la firmeza que mostremos los estudiantes a la hora de profundizar nuestra lucha por un gobierno universitario de estudiantes y trabajadores.
A 90 años, este es el mejor homenaje que le podemos hacer a la Reforma del 18.
15/6/08
No hay comentarios:
Publicar un comentario