Contra la criminalización de la juventud y por la aparición con vida de Luciano Arruga
Más que ningún otro caso, la desaparición de Luciano Arruga arroja luz sobre el problema de la inseguridad. Luciano es un joven de 16 años del barrio “12 de octubre”, ubicado en Lomas del Mirador (que, dicho sea de paso, había sido abierto por la presión de las llamadas “marchas de la seguridad del falso ingeniero Blumberg). Fue visto por última vez el 31 de enero. Ese día fue detenido ilegalmente por la bonaerense en el destacamento del barrio, donde se sabe que fue brutalmente golpeado. Los choques de Luciano con el destacamento venían desde lejos: resulta que él se negaba a “trabajar” para ellos, es decir, a robar y vender droga al servicio de la mafia policial. La policía le ofreció a mi hermano trabajar para el, robando. Ante su negativa, los muchachos se pusieron muy nerviosos y comenzaron el seguimiento y la persecución, los golpes no tardaron en llegar.
Pese a la continua manija de los medios de prensa sobre la cuestión de la inseguridad, no debe sorprender el silencio mediático frente a la desaparición Luciano. La difusión del caso ilustraría sobre el papel de la policía que, junto a la frondosa red de punteros, someten a la juventud de las barriadas, la extorsionan, la explotan, la envenenan con el paco, luego la persiguen, la encarcelan, cuando no la secuestran, asesinan o desaparecen. La policía utiliza a los pibes para organizar el delito en las zonas liberadas, constituyéndose en el primer factor de la inseguridad ciudadana. La venta de drogas, los desarmaderos, los prostíbulos, las redes de trata, los casinos, forman parte de las cajas negras con las que se financian políticos, jueces, fiscales y banqueros del narcolavado. A esto hay que sumarle el secuestro de mujeres, para explotarlas sexualmente.
La inseguridad proviene del Estado, que se convierte en una verdadera asociación ilícita controlada por una mafia de punteros y camarillas.
La baja de la edad de imputabilidad
La baja de la edad de imputabilidad retrata la absoluta descomposición de un régimen social que no tiene más que ofrecer a sus jóvenes que la cárcel común. Es la debacle que acompaña la destrucción del aparato productivo, del sistema educativo y de salud, todo lo cual se profundizará con la bancarrota capitalista mundial. Con la catarata de despidos y suspensiones, con un acuerdo con el FMI en puerta que promete mayores tarifazos y ajustes, la burguesía es consciente de que el disciplinamiento y la regimentación de la juventud ocupan un lugar clave.
Nuestro programa
Exijamos
Basta de zonas liberadas. Basta de chicos muertos en la comisaría. Basta de gatillo fácil. Conformemos, en oposición a
Union de Juventudes por el Socialismo - Partido Obrero
www.po.org.ar
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