Leon Trotsky

"Sin una organización dirigente la energía de las masas se disiparía, como se disipa el vapor no contenido en una caldera. Pero sea como fuere, lo que impulsa el movimiento no es la caldera ni el pistón, sino el vapor."




26/5/08

Con estos dos no llegamos a fin de año



Desde los grandes «triunfos» del movimiento estudiantil, hasta el empantanamiento completo que caracteriza a la actual situación política de la universidad, no ha pasado otra cosa que un poco de tiempo. Los estudiantes, docentes, y no docentes hemos podido ver claramente que los intereses de las camarillas que se disputan la sucesión de Medina, bajo ningún punto de vista contemplan la satisfacción de nuestras demandas, históricas, y presentes.
La función política de cualesquiera de estas camarillas es la de aplicar pasivamente la asfixia presupuestaria impulsada por el gobierno nacional.
De aquí se entiende, entre otras cosas, que el único «compromiso» de la actual gestión con el plan de lucha por más presupuesto «arrancado» hace unas semanas en el Superior, se haya materializado a través de una mísera resma de hojas A3, a repartir entre el conjunto de los centros de estudiantes… Veamos, en este sentido, las características del aumento salarial más trucho del mundo, que la gestión le ofreció como paliativo a los trabajadores no docentes: $300, pero… ¡a préstamo!, a devolver en 6 cuotas luego de mitad de año.
Se trata de las contradicciones insalvables del declaracionismo, que no han logrado otra cosa que dejar caer a pedazos a una UNMdP que hoy día debe afrontar un rojo que pone en serio riesgo el normal desarrollo del corriente ciclo lectivo.
Ni Pérez ni Garamendy se han pronunciado al respecto. Uno, preocupado por dejar pasar el tiempo, confiado en las posibilidades que le ofrecería una nueva composición de la asamblea, que le garantizaría el sillón del rectorado. El otro, imbuido en maniobras legales que paradójicamente también buscan ganar tiempo, a la espera de alguna «buena voluntad» que acceda a dejarse vender por unos pesos, o por algún puesto en la nueva gestión.
El comedor universitario, y las demás reivindicaciones parciales, se consiguieron como consecuencia de la lucha independiente del movimiento estudiantil.
Presentar como “triunfos” a concesiones que sólo llegaron a tener una materialidad discursiva, no sirve para otra cosa que para encubrir una falta de voluntad política a la hora de profundizar la lucha por la democratización. Hemos señalado en otro momento el contrasentido que significa criticar el carácter reaccionario y antidemocrático de una asamblea universitaria si luego, por acción u omisión, se la legitima, y se termina siendo funcional a los intereses de cualquiera de los candidatos, que demostraron con creces la voluntad de venir a oficiar como una nueva correa de transmisión de las políticas de asfixia presupuestaria promovidas por el gobierno nacional.
Advertimos que estas contradicciones sólo alcanzan a configurar, de antemano, una política derrotista, insistimos, funcional a los intereses de las camarillas que han fundido –y pretenden seguir haciéndolo- a nuestra universidad.
Quienes tradicionalmente somos señalados como los que queremos “que esté todo mal”, hoy día estamos en Merlo desarrollando una lucha muy importante en contra del cierre del CBC de esa ciudad impulsado por el Medina de la UBA (Hallú) y el Pulti de Merlo (Othacehé). Y quienes nos movilizamos todas las semanas al rectorado de la UBA (protegido por las vallas de la federal) para exigir una respuesta a demandas que no difieren en sustancia de las que podemos plantear los estudiantes de Mar del Plata; y los que estamos participando de un plan de lucha que empieza el miércoles 21 con clases públicas y movilización, y sigue el viernes 23 con viaje a Cap. Fed. Para ir al Ministerio de Educación por más presupuesto; y los que, en definitiva, caracterizamos que en lugar de un «techo» lo que hemos alcanzado es un piso, porque tenemos por delante la gran tarea de difundir entre el conjunto de los estudiantes, la imperiosa necesidad de salir a luchar en defensa de la Universidad Pública, y por la democratización. Sin este programa de transición, que no es otra cosa que una herramienta de lucha, surgido de la misma cotidianeidad que todos atravesamos todos los días cuando venimos a cursar, los estudiantes del CBC de Merlo se habrían quedado sin poder estudiar, y los estudiantes de la UBA, y de Mar del Plata, y en definitiva de todo el país, verían, poco a poco, cerrarse las puertas de las universidades sin nadie intentando poner freno a la privatización y a la asfixia presupuestaria.
El marco político que ha dado sustento legal al desfinanciamiento presupuestario, fundamentalmente a instancias del acuerdo entre los rectores del CIN y el gobierno para avanzar en un “maquillaje” de la LES (que profundiza la asfixia presupuestaria, la violación de la autonomía a través de la CONEAU, y la composición reaccionaria del gobierno universitario), sigue vigente, y es por esto que entendemos que la defensa de las universidades públicas es una consigna nacional. En este camino de lucha, llamamos a todos los sectores que se han venido oponiendo a estas políticas a desarrollar una campaña común por más presupuesto, y por un gobierno universitario de estudiantes y trabajadores (docentes y no docentes).
La presente situación política va a estar determinada por la firmeza que mostremos los estudiantes a la hora de profundizar nuestra lucha por un gobierno universitario de estudiantes y trabajadores.

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